মুমিনদের পথভ্রষ্ঠ করতে শয়তানের চক্রান্ত
Las estrategias de Shaitán para desviar al creyente[1]
La enemistad entre el ser humano y Shaitán se remonta a una situación que tuvo lugar hace ya mucho tiempo. Debemos regresar al día en que Allah creó a Adán, antes incluso que Allah insuflara en él Su espíritu. Shaitán pasando cerca de Adán dijo: "Si te es dado dominio sobre mí, te desobedeceré. Y si me es dado el dominio sobre ti, te destruiré".
Cuando Allah insufló en Adán su espíritu, pidió a los ángeles que se postraran ante él. Shaitán que adoraba hasta entonces a Allah junto a los ángeles celestiales, fue incluido en la orden. Pero Shaitán se consideró a sí mismo superior, y por orgullo se negó a postrarse ante Adán.
“Allah le preguntó: ¿Qué te impidió hacer la reverencia cuando te lo ordené? Respondió: Yo soy mejor que él, pues a mí me creaste de fuego y a él de barro”. (7: 12)
Es decir que Shaitán fue el primero en discriminar por el origen de una persona, y entonces concluimos que cualquier persona que discrimine a otra por su color, idioma, nacionalidad, creencia, etc. se encuentra siguiendo el ejemplo de Shaitán. Dijo nuestro Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “Las personas provienen de Adán y Adán proviene del barro. El árabe no es superior al no árabe, ni el blanco es superior al negro, excepto por la piedad (taqwa)”. Y la piedad se encuentra dentro del Corazón, tal como dijo el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “La piedad se encuentra aquí” señalando su corazón.
Entonces cuando Adán abrió sus ojos, encontró el respeto de los ángeles postrados a sus pies. Pero también encontró a un gran enemigo, desafiándolo a él y a sus descendientes e incitándolos a la autodestrucción y al desvío. Entonces el maldito hizo la promesa que desencaminaría la descendencia de Adán.
“Dijo [Shaitán]: Por haberme descarriado acecharé a los hombres para apartarlos de Tu sendero recto. Procuraré seducirles por delante, por detrás, por la derecha y por la izquierda; y verás que la mayoría de ellos no serán agradecidos”. (7: 16-17)
Shaitán no se presenta ante la persona y le dice: “Deja de comportarte correctamente y comete todos los pecados para que te cuentes entre los miserables de esta vida y en el Más Allá”. Porque si así se comportara, nadie lo seguiría. En cambio, utiliza distintos métodos sutiles para engañar a los creyentes, que si el creyente no los sabe reconocer, puede llegar a desviarse del camino correcto.
Las estrategias pueden dividirse en dos categorías.
Primero, cuando cambia las apariencias de la realidad, haciendo parecer lo bueno malo y lo ilícito lícito y segundo, explotando las debilidades propias del ego del ser humano.
La primera categoría: el cambiar la apariencia de la realidad, puede dividirse en ocho estrategias:
1) Embellecer lo perjudicial
2) Falsas promesas y esperanzas
3) Shaitán aparece como un consejero sincero
4) Shaitán hace olvidar a la persona aquello que le es beneficioso
5) Los embriagantes
6) Las apuestas
7) La idolatría
8) Intentar conocer el futuro
La segunda categoría: explotar las debilidades propias del ego.
Este grupo tiene 7 estrategias:
1) Tomar una posición extrema
2) Impedir al siervo actuar usufructuando la comodidad y la pereza
3) Infundir miedo en los corazones de los creyentes
4) Seducir al ego a través de los deseos y las pasiones
5) Generar dudas en el corazón
6) Las debilidades del ego
7) La indiferencia a practicar aquello es obligatorio
Primer Grupo: Cambiar las apariencias de la realidad
1) Embellecer lo perjudicial
Uno de los métodos que usa Shaitán para desviar a la humanidad es hacer que lo falso tome la apariencia de la verdad, y que la verdad, aparezca como falso. Para esto puede incitarnos a llamar por nombres agradables a pecados y malas acciones, al igual que presentarnos una realidad falsa y convencernos que es el camino al cual debemos seguir. Siempre intentará hacer que los hombres prefieran lo falso y sientan aversión por la verdad, hasta que la persona finalmente se sienta inclinada hacia los pecados y se aleje de la verdad. El propio Shaitán le dijo a Allah:
“Dijo: ¡Señor mío! Por haberme descarriado, les seduciré y descarriaré a todos. Excepto a quienes de Tus siervos hayas protegido”. (15: 39-40)
Explicando esto, Ibn Al Qaim escribió:
“Su estrategia es subyugar la mente hasta engañar a la persona. Nadie se encuentra a salvo de sus estrategias, excepto quien Allah proteja. De esta manera embellece exteriormente lo que lo perjudica hasta hacerlo parecer beneficioso para él. Asimismo le hace huir de actos para él beneficiosos hasta que piense que son perjudiciales para él. Shaitán es quien embruja la mente hasta que se abandona a deseos y desvíos. Les hace seguir todos y cada uno de los caminos del descarrío, llevándolos a la destrucción. Atrayéndolos finalmente a la adoración de ídolos, la ruptura de las relaciones familiares y tantos otros. Les promete la victoria, el Paraíso. Los insta al rechazo de los atributos de Allah, de Su trascendencia, Su palabra revelada en sus libros, con la excusa de no caer en el antropomorfismo. Les incita al abandono de ordenar el bien y prohibir el mal, engañándolos con un erróneo entendimiento de la aleya “¡Oh, creyentes! Velad por vuestras propias almas”. (5: 105) e incitando a volver la espalda a cuanto ha traído el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) con la excusa de seguir ciegamente a los juristas (Al-Taqlid) y que es suficiente seguir el dicho de cualquiera que sabe un poco más”.[2]
De igual forma podemos ver hoy en día a los aliados de Shaitán, seguir la misma estrategia para desviar a las personas. Invitan a la gente a presenciar películas que insultan el honor y la dignidad, e involucran a las personas en cosas prohibidas. Como esos anuncios que instan a las personas a guardar su dinero en los bancos y a beneficiarse de los intereses usureros del dinero, en nombre del “progreso económico”. O como los anuncios que para vender desde un automóvil hasta pasta de dientes, que usan el cuerpo de la mujer y su desnudes. Son éstos los que llaman a las personas que se aferran a los valores de la religión: “atrasados”, “de generaciones pasadas” o “anticuados”.
Todo esto forma parte de la estrategia de Shaitán desde el tiempo de Adán, mostrando lo falso de una manera bonita y correcta, y mostrando la verdad como algo desagradable con el objetivo de que las personas lo rechacen.
“¡Por Allah! Enviamos Mensajeros a las naciones que te precedieron, pero Satanás también les hizo ver sus malas acciones como buenas”. (16: 63)
Si la persona considera lo falso como verdadero y correcto, terminará esforzándose por todos sus medios para difundir y apoyar tal “verdad” aunque termine llevándolo a su propia destrucción.
Dice Allah en el sagrado Corán: “Diles: ¿Queréis que os indiquemos quiénes son, por sus propias obras, los más perdedores? Aquellos cuyos afanes se malograron en la vida mundanal mientras creían haber obrado el bien”. (18: 103-104)
Estas personas se esforzarán arduamente para apartar a la gente del camino de Allah, luchando denodadamente contra los creyentes. ¡Porque realmente creen que están siguiendo la verdad y la guía! Como aquellos, que con buena intensión, pero sin comprender el Islam quieren “liberar” a la mujer musulmana del Hiyab, porque Shaitán les ha engañado haciéndoles creer que lo llevan por opresión de sus maridos.
“Y ellos, en verdad, los apartan del camino, pero piensan que están bien encaminados”. (43: 37)
Esta es la idea que domina a los incrédulos, haciéndoles preferir esta vida, y apartándose del Más Allá. Dijo Allah en el Corán:
“Y les asignamos compañeros, que engalanaron su presente y su pasado”. (41: 25)
Esos compañeros son demonios. Que embellecen a sus ojos todos los asuntos de esta vida mundana, haciéndola tentadora.
Con respecto a darle nombres nuevos a pecados y malas acciones antiguas y conocidas, es una técnica que Shaitán usa para incitar a las personas a tomar parte en ellos mostrando una realidad falsa.
2) Falsas promesas y esperanzas
Shaitán hace falsas promesas para así desviar a las personas y distraerlas. Dijo Allah en el Corán:
“Les hace promesas y les da falsas esperanzas, pero Satanás no les promete sino algo ilusorio”. (4: 120)
En su batalla contra los creyentes, promete ayuda, honor y victoria. Pero luego abandona a sus aliados dejándolos solos.
“Y Satanás les hizo ver bueno lo que hacían, y les dijo: Hoy nadie os vencerá, yo estoy próximo a vosotros; pero cuando los dos bandos se avistaron, se volvió sobre sus pasos y dijo: Yo no soy responsable de vosotros”. (8: 48)
Promete a los ricos más riquezas y posesiones en esta vida y el Más Allá ahogándolos en su materialismo, haciéndoles creer que su riqueza es sinónimo de impunidad y preferencia, y que con ella podrán comprar también un lugar preferencial después de la muerte. Dice en el Sagrado Corán parafraseando a un incrédulo con este pensamiento:
“Tampoco creo que jamás llegue la hora [del Día del Juicio]. Y si llego a ser resucitado seguro tendré un viñedo mejor que éste”. (18: 36)
El ser humano se preocupa y absorbe en sus sueños e ilusiones, sueños que no existen en el mundo real. Sin realizar cuanto le es beneficioso, abandonándose a sus sueños y esperanzas.
3) Aparece como un consejero sincero
Shaitán incita al hombre a desobedecer a Allah alegando dar consejo sincero. Así fue como juró a Adán diciéndole:
“Y les juró: Yo os aconsejo para vuestro bien”. (7: 21)
Wahb Ibn Munabbih relató una historia muy interesante que evidencia esta estrategia:
“Hubo una vez un monje piadoso del pueblo de Israel. Era la persona más piadosa de su época. Había tres hermanos que tenían una hermana joven. Al ser llamados para acudir a la guerra, no supieron con quien dejar a su hermana. Acordaron entonces dejarla a cargo de esta persona piadosa, porque confiaban en él. Entonces fueron para preguntarle si podían dejarla con él. Ella estaría en el edificio contiguo al suyo y a su cuidado, hasta que ellos volvieran de la guerra. En un principio el piadoso se negó y buscó refugio en Allah de ellos y de su hermana. Pero persistieron hasta que finalmente aceptó. Les dijo: ‘Dejadla en la casa contigua a mi lugar de culto’.
La joven permaneció junto al lugar de culto del piadoso por algún tiempo. Él dejaba la comida para ella ante la puerta, cerraba con llave su puerta y volvía a su lugar de culto. Entonces le avisaba que podía salir de la casa y tomar la comida. Fue entonces cuando Shaitán se le acercó de manera imperceptible, animándolo a que la tratara más amablemente. Le dijo que no era bueno dejar que la mujer saliese de su casa durante el día porque algún hombre podría molestarla. Que sería mejor que él mismo llevase la comida hasta su puerta, porque sería una obra piadosa en su favor. Así fue que comenzó a llevar la comida hasta su puerta, pero sin hablarle.
Entonces Shaitán vino nuevamente y lo animó a hacer buenas obras y conseguir más bendiciones. Le dijo: ‘Si llevaras la comida hasta dentro de su casa conseguirías mayor recompensa’. Continuó animándolo durante algún tiempo hasta que el siervo comenzó a llevar la comida hasta dentro de la casa.
Entonces Shaitán vino nuevamente y lo animó a que hiciese el bien. Le dijo: ‘Si hablaras con ella, aliviarás su miedo, angustia y soledad’. Así fue que comenzó a hablar con ella desde su lugar de culto.
Pero una vez más Shaitán volvió. Le dijo: ‘Si bajas hasta la puerta de tu casa, y ella hasta la puerta de su casa mientras hablan, será más reconfortante para ella’. Continuó animándolo hasta que accedió a bajar y sentarse ante su puerta para hablar con ella. La muchacha salía de su edificio y se sentaba delante de su puerta y hablaban durante algún tiempo.
Entonces Shaitán vino nuevamente y lo animó a que se esforzara todavía más en conseguir recompensas por tratarla bien. Le dijo: ‘Si salieras de tu lugar de culto y te sentaras cerca de su puerta sería más confortable para ella’. Y continuó exhortándolo hasta que lo hizo. Entonces Shaitán vino de nuevo. Esta vez le dijo: ‘Si entras en su casa y hablas con ella, y no haces que se muestre en público será incluso mejor para ti’. Continuó exhortándolo hasta que entró en su casa, pasando el día entero hablando con ella. Pero cuando la noche llegaba, volvía a su lugar de culto.
Entonces Shaitán vino una vez más y comenzó a susurrarle sobre su belleza y tentándolo, hasta que el monje tocó su pierna y la besó. Pero Shaitán continuó susurrándole hasta que finalmente mantuvieron relaciones sexuales y ella quedó embarazada y dio a luz a un niño. Entonces Shaitán le dijo al monje: ‘¿Comprendes lo que los hermanos de la joven harán contigo cuando vean que ha dado a luz un hijo tuyo? No sabes si expondrán a la luz tu acción. Debes matar al niño para ocultar el asunto, ya que ella no contará nada por temor a que sus hermanos sepan lo que han hecho’.
Pero Shaitán volvió y le dijo: ‘¿Acaso piensas que ella ocultará a sus hermanos lo que hiciste con ella, y que mataste a su hijo? Debes matarla y enterrarla con su hijo’. Y continuó incitándolo hasta que la mató y la enterró junto a su hijo. Colocó sobre la tumba una piedra enorme y niveló el suelo. Entonces volvió a su lugar de culto y se dedicó a la oración. Permaneció así un tiempo hasta que los hermanos regresaron de la guerra. Cuando fueron donde el monje y preguntaron por su hermana, éste comenzó a lamentar su pérdida y llorar pidiendo misericordia por ella. Les dijo: ‘Ella era la mejor de las mujeres y aquella es su tumba’. Los hermanos fueron hasta la tumba y lloraron por su hermana pidiendo a Allah que tuviera misericordia de ella. Estuvieron ante la tumba durante unos días y luego volvieron a sus familias. Cuando sobrevino la noche y se durmieron Shaitán se presentó en sus sueños con la apariencia de un viajero. Comenzó con el hermano mayor, preguntándole por su hermana. Éste le dijo lo que el monje les había contado y cómo les había mostrado su tumba. Entonces Shaitán desmintió al monje diciendo: ‘No dijo la verdad, sino que ella quedó embarazada de él y tuvo un hijo. Pero luego mató a ambos y los enterró por temor a vosotros. Los enterró en un agujero que hizo en el lado derecho de la puerta de la casa que ella habitaba’. Y dijo lo mismo en el sueño de los otros dos hermanos.
Cuando los hermanos despertaron, quedaron sorprendidos de lo que habían visto. Cuando se encontraron dijeron: ‘Anoche tuve un sueño terrible’ y se contaron mutuamente lo que habían visto.
El hermano mayor dijo: ‘Ese sueño es una pesadilla, ignórenlo’. Pero el más joven dijo: ‘No lo dejaré pasar, iré a ese lugar a investigar’. Así fue que fueron hasta el lugar descrito ante la puerta y al excavar encontraron a su hermana y su hijo enterrados como les había dicho. Al preguntarle al monje, éste confesó reconociendo lo que Shaitán les había dicho. Así que salió de su lugar de culto para ser juzgado.
Cuando lo ataron al madero para ejecutarlo Shaitán se apareció ante él y le dijo: ‘Ahora sabes que yo fui quien te tentó con la joven para que quedara embarazada y luego la matases junto a su hijo. Si me obedeces hoy y descrees de Allah, quien te creó y formó, yo te rescataré de esta dificultad, si inclinas el cuello ante mí en señal de postración’. El monje descreyó de Allah, inclinando su cuello, y fue en ese momento en que fue ejecutado, muriendo en la incredulidad”. [3]
“Son como Satanás cuando dice al hombre: ¡No creas! Y, cuando ya no cree, dice: Yo me desentiendo de ti”. (59: 16)
De la historia anterior podemos concluir que Shaitán para desviar a las personas no solo les hace creer que es un consejero sincero, pero que los lleva a través de un desvío gradual, paso a paso. Shaitán no se agobia ni se cansa de susurrar a los hombres. Cada vez que la persona comete un pecado, lo insta para que caiga en uno mayor, sin detenerse, hasta lograr la destrucción de la persona. Ésta es la metodología que Allah ha destinado para la creación. Si ellos se desvían del camino de Allah, Él le permite a Shaitán tomar control sobre ellos.
“Pero cuando se desviaron, Allah desvió sus corazones”. (61: 5)
4) Hace olvidar aquello que es beneficioso
Shaitán adoptó este método con Adán. Insistió susurrándole hasta que finalmente olvidó lo que su Señor le había ordenado.
“Habíamos antes pactado con Adán, pero se olvidó, y no vimos en él resolución”. (20: 115)
Allah prohibió a Su Mensajero (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) así como a sus Compañeros que se sentaran en cualquier reunión en la que se hicieran burlas sobre el Islam, pero Shaitán hace olvidar lo que Su Señor ordena, por lo que algunas personas terminan sentándose con gente que se burla de la religión.
“Cuando veáis que se burlan de Nuestros signos, no os quedéis reunidos junto a quienes lo hacen hasta que cambien de conversación. Pero si Satanás os hace olvidar [y permanecéis con ellos], ni bien lo recordéis no permanezcáis reunidos con los inicuos”. (6: 68)
En situaciones como estas el musulmán debe respetarse a si mismo y honrar el sentimiento de su corazón hacia el Islam y retirarse de esas reuniones hasta que se cambie de tema, para evidenciar a esas personas que tan importante es para nosotros que se respete al Islam.
5-8) Los embriagantes, las apuestas, la idolatría e intentar conocer el futuro
Dijo Allah en el Corán:
“¡Oh creyentes! Los embriagantes, las apuestas, las ofrendas [a los ídolos] y consultar la suerte con flechas son una obra inmunda de Satanás. Absteneos de ello y así tendréis éxito”. (5: 90-91)
“El alcohol” hace alució a todo tipo de embriagante o droga. “Los ídolos” son todo lo que es adorado en lugar de Allah, ya sean piedras, árboles, estatuas, tumbas, etc. “Consultar la suerte” son maneras de consultar el futuro o el destino. Los árabes paganos utilizaban lanzas, flechas o guijarros, pero cualquier elemento que sea usado con este propósito tiene el mismo veredicto. Escribían en uno de estos elementos: “Mi Señor me ordena hacerlo” y en otro: “Mi Señor me ordena abandonar ese asunto”. Por lo que antes de tomar una decisión (relacionada con el casamiento, viajes, etc.) se dirigían donde el adivino y este les daba a escoger al azar una de las flechas de un receptáculo y después de leer el mensaje que contenía actuaban en consecuencia.
Shaitán insta a las personas a caer en estos actos, porque todos representan desvío en si mismos, provocando en quien los comete resultados perniciosos. Por ejemplo, el alcohol produce la pérdida de la conciencia, por lo que la persona comete en estado de ebriedad actos prohibidos y abandona la obediencia a Allah y puede causar perjuicios a otras personas. Ibn Kazir, en su comentario del Corán, citó las palabras de ‘Uzmân Ibn ‘Affân (Allah se complazca con él): “Apartaos del alcohol porque es la madre de todos los males. Hubo en los tiempos que os precedieron un hombre que se apartó de la gente para adorar a Allah. Una mujer lo deseaba, entonces envió a su sirvienta para solicitarle su presencia a fin de ser testigo en un asunto. Cuando éste llegó a la casa, ingresó a un cuarto donde se encontraba la mujer con un niño y una jarra de vino. Ella le dijo: ‘Juro por Allah que no te solicité para que fueras testigo de algo, sino para que mantuvieras relaciones sexuales conmigo, o mataras a este niño o bebieras de este alcohol. Entonces (suponiendo que era lo menos perjudicial) tomó una copa y la bebió, pero luego pidió más de beber. Y no dejó de beber hasta que finalmente fornicó con ella y mató al niño. El alcohol y la fe nunca podrán permanecer juntos en una misma persona, por lo que uno de ellos abandonará a la persona rápidamente”.[4]
Las apuestas también son una enfermedad peligrosa, adictiva, tanto como el alcohol. Quien se involucra le es muy difícil librarse del hábito. Se desperdicia tiempo y dinero. Crea sentimientos de odio y envidia, y empuja a las personas a cometer actos prohibidos.
Shaitán anima a la construcción de estatuas y tumbas para que sean, con el pasar del tiempo, objetos de adoración. El culto a estatuas e ídolos ha estado presente tanto en tiempos pasados como en nuestros días. Los politeístas, adoran a estas representaciones al pedirles por sus necesidades. Les suplican en momentos de dificultad, se dirigen a ellos durante momentos de aflicción ofreciéndoles votos y promesas. Son muchas las personas que se han desviado de esta manera, tal como dijo orando el Profeta Abraham (la paz sea con él) a su Señor:
“...protégeme a mi y mis hijos, de que adoremos ídolos. ¡Señor! En verdad, ellos extraviaron a muchos hombres...” (14: 35-36)
Cuando escuchamos esta aleya, y nos damos cuenta que era el Profeta Abraham pidiendo a Allah que lo proteja de los engaños de Shaitán que lo hagan caer en alguna forma de idolatría, ¿cómo podríamos nosotros sentirnos seguros? Nosotros debemos buscar conocer en detalle el monoteísmo y las distintas formas de idolatría para no caer en esta peligrosa trampa de Shaitán, porque como sabemos Allah perdona todos los pecados excepto uno, y ese es la idolatría, tal como dice en el Sagrado Corán:
“Allah no perdona que se Le atribuyan copartícipes, pero perdona fuera de ello a quien Le place. Quien atribuya copartícipes a Allah se habrá desviado profundamente”. (4:116)
En cuanto a intentar conocer los secretos que depara el futuro, esto pertenece al oculto (gaib) y por lo tanto, son algo que sólo Allah conoce. Es por esta razón que el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) enseñó a los musulmanes a orar Salât Al- Istijârah (oración para pedir el bien) y a pedir a Allah que los guíe para escoger lo más correcto y beneficioso, cualquiera sea el plan que proyecte para el futuro. ¡Le pedimos a Allah que nos guíe a la mejor de las opciones!
Intentar conocer el futuro a través de medios azarosos como las flechas, la borra del café y demás, jamás llevarán a la verdad. Consultar estos medios es una señal de falta de inteligencia.
Similar a eso es quien usa “la mano de Fátima” para protegerse del mal de ojo, o quien cree que por colocar un cartel con la aleya del trono en la puerta de la casa, la envidia y el mal no perjudicarán ese hogar. O como el caso de quienes leen el horóscopo y basan sus decisiones personales en los augurios de buena o mala suerte.
Como hemos visto en este primer grupo, Shaitán cambia las apariencias de la realidad, haciendo parecer lo bueno malo y lo ilícito lícito través de ocho estrategias:
1) Embellecer lo perjudicial
2) Falsas promesas y esperanzas
3) Aparece como consejero sincero
4) Hacer olvidar aquello que es beneficioso
5) Los embriagantes
6) Las apuestas
7) La idolatría
8) Intentar conocer el futuro
Segundo Grupo: Explotar las debilidades propias del ego del ser humano
1) Tomar una posición extrema
Ibn Al-Qaim describió perfectamente este punto cuando dijo:
“Siempre que Allah ordena algo, el demonio insta a que la gente tome una de las dos posiciones extremas respecto al tema: negligencia o exageración. No le importa a Shaitán por cual de estos dos errores tome partido la persona. Busca en el corazón de la persona y si encuentra en él apatía y negligencia, trata de sacar ventaja mostrándole infundadas dificultades para que se abstenga. Lo ataca con la pereza y la apatía. Le abre la puerta a las diferentes interpretaciones (ta’wil), logrando que la persona deje de practicar obras virtuosas a favor suyo o de la sociedad.
Pero si por el contrario Shaitán encuentra en el corazón del siervo que es cauto, serio, con mucha disponibilidad y responsabilidad, incita a la persona a esforzarse demasiado, haciéndose las cosas difíciles a sí mismo. Lo convence de que lo que está haciendo no es suficiente. Que sus ambiciones deben ser mayores. Que debe trabajar más que todos. Que no debe dormir cuando ellos duermen. Que no debe romper su ayuno cuando otros lo hacen. Que no debe descansar cuando ellos descansan. Que si otros lava sus manos y rostro tres veces, él debe lavarlos siete veces. Que si otros hacen el Wudú (ablución) para la oración, él debe hacer el Gusl (tomar baño). Y lo incita a otros actos similares de exageración. Haciendo que se desvíe del camino recto del mismo modo que hizo con la primera persona.
La intención de Shaitán para ambos es mantenerlos alejados del camino recto. El primero haciendo que no se acerque y el segundo haciendo que se extralimite”.[5]
2) Impedir al siervo actuar usufructuando la comodidad y la pereza
Al-Bujari transmitió de Abu Hurairah (Allah se complazca con él) que el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Mientras duermen, Shaitán ata tres nudos en la nuca. Golpea sobre cada uno de ellos diciendo: ‘La noche es larga, continúa durmiendo’. Cuando la persona despierta, si recuerda a Allah, se desata uno de los nudos. Si realiza la ablución, el segundo nudo se desata. Si realiza una oración todos los nudos terminan de desatarse. Después de esto la persona se sentirá enérgico y feliz por la mañana. Pero si no hace estas cosas se levantará apático y perezoso”.[6]
La pereza y la apatía son dos herramientas poderosas de Shaitán contra el ser humano. A través del susurro inculca el amor a la pereza y a posponer todas las actividades beneficiosas, insinuando que todavía hay tiempo para hacer esas obras en el futuro.
Ibn Al Yauzi dijo:
“Cuántos judíos y cristianos han visto con buenos ojos y han amado al Islam en su corazón. Pero Shaitán ha interferido diciendo: ‘No te apresures. Medita más sobre el asunto’. Y ellos posponen su conversión hasta que finalmente mueren en la incredulidad. De la misma manera insta al pecador a posponer su arrepentimiento.
¡Cuántos decididos a hacer algo lo han pospuesto! Como el sabio determinado a dar sus enseñanzas, cuando Shaitán le susurra: “Descansa algún tiempo más” o como el siervo de Allah que se despierta por la noche para orar, y Shaitán le dice: “Todavía tienes tiempo para seguir durmiendo”. Shaitán no ha de detenerse en su trabajo de hacer amar a las personas la pereza y el posponer sus intenciones de realizar buenas acciones, porque desea que la gente confíe sólo en esperanzas y sueños.
Es necesario que la persona tome los asuntos con decisión y actúe con determinación. La determinación muestra el momento exacto para llevar a cabo las cosas, eliminando la pereza. La firmeza te librará de vivir de sueños. Quien teme a Allah no se siente seguro contra el castigo. La persona con determinación es consciente de que el tiempo transcurrido, nunca ha de regresar.
Sabios de las primeras generaciones (los Salaf) solían decir: “Tened cuidado con la pereza. Porque es el mejor soldado de Shaitán.
Así es el ejemplo de las personas en este mundo. Algunos de ellos se preparan durante la vida, y cuando el ángel de la muerte viene a buscarlos, no se afligen. Otros, en cambio, se engañan pensando que harán las cosas después, pero cuando el tiempo de viajar al Más Allá llega, se arrepienten y desesperan. Es parte de la naturaleza del ser humano amar la comodidad y los sueños. Shaitán se beneficia de eso. Por eso, hay que despertar y entender que uno se encuentra en medio de una batalla, y que el enemigo no descansa, y aunque parezca que descansa, en realidad sólo es parte de la estrategia…”[7]
3) Infundir miedo en los corazones
Otra de sus estrategias es causar en los creyentes el temor de los aliados de Shaitán. Así, los creyentes, no luchan en su contra, ni les ordenan el bien, ni les prohíben el mal. Dijo Allah sobre esto:
“Así es Satanás, atemoriza con sus seguidores. Pero no les temáis sino temedme a Mí, si sois creyentes”. (3: 175)
Como ejemplo de esta estrategia podemos citar a las personas que no realizan oración durante el día en sus lugares de trabajo sin haber hablado con sus empleadores o supervisores, suponiendo que ellos inmediatamente los discriminarán, siendo que si hablaran con ellos, de manera seria y exponiendo sus argumentos religiosos es muy probable que consiguieran un permiso para realizar sus oraciones. Igualmente es el caso de algunas hermanas que se quitan el Hijab por temor a no ser aceptadas en una entrevista de trabajo, o que temen ser despedidas si lo usan, siendo que presumen, y no actúan sobre una realidad. Y Allah sabe más sobre cada caso personal.
4) Seducir al ego a través de los deseos y las pasiones
Esta fue la manera en que Shaitán pudo acercarse a Adán y Eva en el Paraíso. Tal como dijo Allah:
“Pero Satanás les susurró diciéndoles: Vuestro Señor os prohibió acercaros a este árbol para que nos os convirtáis en ángeles o en seres inmortales”. (7: 20)
Dijo Ibn Al Qaim: “Shaitán examinó a los padres de la humanidad y encontró en ellos la inclinación a permanecer eternamente en el Paraíso. Supo inmediatamente que esa sería la única puerta para entrar a ellos. Así fue que juró por Allah que era un consejero sincero para ellos. Y les dijo: “Vuestro Señor os prohibió acercaros a este árbol para que nos os convirtáis en ángeles o en seres inmortales”. (7: 20)”
5) Generar dudas en el corazón
Entre las artimañas que utiliza Shaitán para desviar al ser humano se encuentra la de sembrar dudas en el corazón, agitando su Fe, confundiendo con dudas y sospechas. El Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) nos advirtió sobre algunas de estas dudas. Bujâri y Muslim transmitieron de Abu Hurairah (Allah se complazca con él) que el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Shaitán ha de venir y preguntarte: ‘¿Quién creó esto? ¿Quién creó esto otro?’ Hasta llegar a: ‘¿Quién creó a tu Señor?’ Cuándo inspire semejante pensamiento, debes buscar refugio en Allah y terminar con tales pensamientos”.[8]
Y si crees que esto te sucede únicamente a ti, pues debes saber que ni siquiera los Compañeros del Profeta se encontraban a salvo de tales pensamientos. Algunos de ellos fueron al Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) para quejarse de nociones que arrastraban sus mentes. Muslim transmitió de Abu Hurairah (Allah se complazca con él) que algunos Compañeros fueron donde el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y le dijeron: “Encontramos en nuestras mentes cosas de las que ninguno de nosotros se atrevería a hablar”. Dijo: “¿Realmente habéis encontrado eso dentro de vosotros?” Y cuando respondieron que sí, él les dijo: “Eso es una manifestación de
Es decir que esta manifestación de
El gran sabio Shaqiq, clarificando los tipos de dudas que Shaitán crea en el alma de la persona dijo: “No llega ninguna mañana sin que Shaitán me tienda cuatro emboscadas: Por delante, por detrás, a mi izquierda y a mi derecha. Me dice: ‘¡No temas, porque Allah es Perdonador, Misericordioso!’ Por lo que recité en contestación: “Yo en verdad, soy Remisorio con quien se arrepiente, cree, y obra bien, luego, se encamina bien”. (20: 82). Por detrás me asusta con el pensamiento que mis descendientes puedan quedar en estado de pobreza. Por lo que recito en contestación: “Y no hay criatura en la tierra sin que sea Allah Quien la sustenta...” (11: 6). Por la derecha me tienta con sexo fuera del matrimonio, así que recito: “...y el buen final [en esta vida y la otra] es para los temerosos”. (7: 128) y por la izquierda se me acerca en la forma de deseos. Por lo que recito: “Y entre ellos y lo que deseaban se interpuso una barrera...” (34: 54)”.
6) Las debilidades del ego
Cada ser humano tiene puntos débiles. Shaitán penetra en esas debilidades para usufructuarlas. Estas debilidades incluyen, entre muchas otras: la debilidad, la desesperación, el desaliento, la desesperanza, la irreflexión, el egocentrismo, la vanidad, el orgullo, la ira, las dudas, la confusión, el miedo, la prisa, la codicia, la ignorancia, el materialismo, la opresión, la arrogancia, la pedantería y otras tantas.
El Islam invita a la purificación del ego y el espíritu para liberarlo de estas enfermedades. Esto requiere esfuerzo y paciencia.
Seguir las pasiones o “los bajos instintos”, y todo lo que el ego solicita es un camino fácil. El ejemplo de quien camina por la senda de Allah es como quien sube hasta la cima de una montaña. Mientras que quien transita el camino de las pasiones y los deseos, es como quien por el contrario desciende resbalando por la montaña. Es por esta razón que tantas personas responden a la llamada de Shaitán, ya que encuentran su camino más fácil, mientras que el camino recto de Allah necesita y requiere esfuerzo, mostrándose difícil.
Wahb Ibn Munabbih relató que un monje le preguntó a Shaitán: “¿Qué característica del ser humano te es más útil para utilizarla en su contra?” Shaitán le respondió: “Su ira. Si un siervo es irascible, puedo manejarlo de la misma manera que un niño maneja su juguete”.
7) La indiferencia a practicar aquello que es obligatorio
Si el musulmán se aferra firmemente a las enseñanzas del Islam, Shaitán no encontrará manera de desviarlo. Pero si, por el contrario, el musulmán, es negligente o perezoso en sus actos, Shaitán tiene la oportunidad de descaminarlo con alguna de sus estrategias. Dijo Allah:
“¡Oh, creyentes! Entrad todos en la religión del Islam [sometiéndoos a Allah] y no sigáis los pasos de Satanás; ciertamente él es para vosotros un enemigo declarado”. (2: 208)
Es decir que la persona debe seguir al Islam en cada aspecto de su vida, porque esto lo librará de Shaitán. Un ejemplo práctico de este concepto es alinear las filas de la oración, porque Shaitán no puede meterse entre ellas si estas se encuentran alineadas y agrupadas.
Otro Hadiz dice: “Alinead las filas y agrupaos, porque por aquel en Cuyas manos se encuentra mi alma, puedo ver a Shaitán atravesar los huecos en las filas como si fuera un rebaño de corderos color tierra”. [11]
Como hemos visto, este segundo grupo que consiste en explotar las debilidades propias del ego tiene 7 estrategias:
1) Tomar una posición extrema
2) Impedir al siervo actuar usufructuando la comodidad y la pereza
3) Infundir miedo en los corazones de los creyentes
4) Seducir al ego a través de los deseos y las pasiones
5) Generar dudas en el corazón
6) Las debilidades del ego
7) La indiferencia a practicar aquello es obligatorio
Conocer estas estrategias nos sirve para mantenernos atentos a los intentos de Shaitán de desviarnos del camino correcto que Allah nos enseña en el Corán y el Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) nos enseña en
Quiera Allah concedernos luz para distinguir la verdad y fortaleza para aferrarnos a ella, y quiera Allah concedernos luz para distinguir el error y el desvío y darnos fortaleza para alejarnos de todo ello.
[1] Parte del material para este artículo fue extraído del libro “El Mundo de los Genios y los Demonios” del Sheij Omar Suleiman al-Ashqar, publicado por International Islamic Publishing House en el año 2004.
[2] Igaza Al-Luhfan, vol. 1, pág. 130.
[3] Citado por Ibn Al Yawzi, en su libro Talbis Iblis, pág. 39.
[4] Transmitido por Al-Baihaqi, Ibn Kazir consideró que su cadena de narradores es auténtica
[5] Al-Wabil as-Sai’ib de Ibn Al-Qaim, pág. 19.
[6] Al-Bujarí, vol.6, pág. 24, no. 1143.
[7] Ibn Al Yawzi, en su libro Talbis Iblis, pág. 458.
[8] Al-Bujarí, vol. 6, pág. 336, no. 3277; Muslim, vol. 1, pág. 120, no. 134.
[9] Muslim, vol. 1, pág. 119, no. 132.
[10] Muslim, vol. 1, pág. 119, no. 133.
[11] Transmitido por Abu Dawud con una cadena de narradores auténtica. Ver Sahih Al-Yami', vol. 1, pág. 384.